Está claro que parte del dinero que depositamos en el banco estará en el propio banco, pero lo que también es cierto, es que la mayor parte de ese dinero no se queda en el banco, sino que la entidad financiera lo utiliza para negociar y generar más dinero. Antiguamente esta circunstancia era difícilmente aceptada y, de vez en cuando, entre los clientes se generaban momentos de miedo a perder su dinero.
Actualmente, lo que uno espera de un banco es que, si hemos depositado una cierta cantidad de dinero, la podamos solicitar en cualquier instante y que nos la entreguen en dicho momento. Los clientes de un banco necesitan tener la confianza de que su dinero está seguro.