El Duque de Wellington había decidido dar una fiesta por su cumpleaños número sesenta, en las salas de su palacio, su mayordomo Víctor haría los preparativos para la cena, y también se encargaría de elegir el vino de los invitados. Afortunadamente, el castillo de Wellington Arch tenía una bodega repleta de buenos vinos en su sótano, el área más húmeda del recinto.
Entre los invitados a la fiesta del Duque se encontraban su sobrina Felizia de Dinamarca y su madre Louse, su antiguo abogado, Albert Northesthern y su fiel amigo Augusto Asten. Todos ellos asiduos lectores del este blog de preguntas y respuestas.