Si formas parte del grupo de población que no cuenta con una nómina y necesitas acceder a un préstamo, ya sea porque tu cuenta corriente está en número rojos, porque necesitas reparar tu coche, o porque simplemente quieres realizar una compra puntual y no dispones de efectivo, es este artículo te ayudamos a que conozcas los pasos que debes seguir para conseguir un crédito sin nómina.
Cómo acceder a un préstamo sin nómina
Según hemos indicado, actualmente se pueden encontrar un amplio número de entidades financieras que conceden préstamos sin nómina. Los préstamos más comunes de este tipo son los conocidos como mini-créditos rápidos, es decir, créditos cuyo monto total no suele superar los 800 euros y que se conceden en poco más de unas horas.
Lo primero que hay que saber es que a pesar de que no tengamos de nómina, sí que tendremos que evidenciar que disponemos de algún tipo de fuente de ingresos, ya sea una pensión, el alquiler de una casa, una beca o los ingresos que obtenemos trabajando como autónomos. Lo cierto es que ninguna empresa arriesga su dinero sin contar con algún tipo de garantía, por lo que un requisito imprescindible para acceder a un préstamo sin nómina es tener ingresos regulares demostrables.
Otros requisitos para acceder a un crédito sin nómina
A pesar de que las entidades de las que estamos hablando no tienen las mismas exigencias que un banco tradicional, sí que deberemos cumplir una serie de requisitos mínimos como ser mayor de edad, residir en España, ser titular de una cuenta corriente y, según hemos comentado anteriormente, tener una fuente de ingresos regular.
Por otro lado, algunas de estas empresas verifican que no estemos inscritos en los ficheros de morosos del RAI o la ASNEF.
Recomendaciones al solicitar un préstamo sin nómina
Los más importante a la hora de decidir si nos interesa solicitar o no un préstamo sin nómina es estar seguros de que vamos a poder hacer frente al pago de las cuotas de reembolso. Si pensamos que vamos a tener dificultades a la hora de pagar las mensualidades del crédito, lo recomendable es no solicitarlo. El motivo es muy sencillo, las comisiones y gastos en que incurriremos debido al impago de las cuotas suelen ser muy altas.
En un primer paso la entidad financiera nos cargará intereses de demora, intereses que suelen ser bastante altos. Además, tendremos que pagar los gastos en los que haya incluido la entidad por haber tenido que reclamarnos la cuota impagada. Y si finalmente no podemos pagar nuestra deuda, terminaremos inscritos en los ficheros de morosos de la RAI y el ASNEF y la entidad nos reclamará el dinero por vía judicial.
En conclusión, pedir un dinero que no sabemos si vamos a poder devolver, puede llevarnos a una situación financiera caótica de la que nos va a ser muy complicado salir.
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